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Día de la secretaria

Sep 2021

Día de la secretaria

El anuncio del Día de la Secretaria, que en la Argentina se festeja el 4 de septiembre, se anticipa cada 3 a la tardecita cuando los quioscos de flores rebosan de fresias, rosas y clavelinas de colores, sobre una mesa en la que también hay moños, tarjetas y papel celofán. Curiosamente, aunque también hay secretarios, no es un festejo que haya cambiado de nombre en tiempos en los que casi todos lo hacen.
Sea en Europa, en Estados Unidos o en América latina, todas las historias que circulan sobre la explicación del Día de la Secretaria coinciden en la intención de impulsar el ingreso al mercado laboral de las mujeres y de reconocer el trabajo administrativo de tantas de ellas, que se lanzaron al mundo del trabajo en distintas oleadas pero con fuerza a partir de 1960.
El secretariado, como rol de apoyo, es fundamental para que las cosas pasen. ¿Qué sería del funcionamiento de todo sin agendas organizadas, comunicaciones establecidas, textos bien redactados y hasta excusas puestas con cara de póker? ¿Cómo llevaríamos la vida de oficina sin la sonrisa, el límite bien puesto cuando el clima no ayuda al trabajo, los floreros llenos y el olor a café fresco, aun cuando no sea su responsabilidad?

Se trata de una actividad muy presente, profesionalizada en las últimas décadas, pero, sin embargo, no siempre goza del reconocimiento que le corresponde. ¿Cuántas veces fuimos a un consultorio médico con un regalo para el profesional y nada para la persona que revisó de punta a punta la agenda para conseguir ese sobreturno? ¿Cuántas veces nos enojamos con la secretaria de alguien porque nos niega la comunicación, sabiendo que fue su jefe el que dijo “no me pases llamadas”?

El Día de la Secretaria sirve para visibilizar eso: las flores, los bombones, las carteras, todos son lindos regalos, pero el reconocimiento necesita ser cotidiano. Puede venir de la mano de una bolsa con moño (¿ya vieron la variedad que hay en la sección mochilas? ¿Y en la sección de bandoleras?) pero también de una sonrisa, un “qué bien te salió eso”, un “gracias por salvarme”. Y esto vale para las personas que trabajan con nosotros, para nosotros o para otros. Después de todo, ¿quién no funciona mejor y es más feliz cuando recibe un gesto amable de otros? Hagámoslo circular, y que lo bueno vuelva.