¿No les pasa que hay días en los que se levantan con ganas de ponerse algo determinado y no le encuentran explicación? ¿No les pasa que, frente a percheros de ropa organizados por color, sus ojos pasan por alto los de ciertos tonos mientras sus manos se dirigen a los otros? ¿Y qué hay de los lugares en los que prefieren estar? ¿No tienen un mismo patrón de diseño, no hay algo que une las paletas de colores de esos espacios?
Según la Psicología del Color, nada de esto es azaroso. Si bien no se trata aun de una disciplina formal y constituida, es posible usar algunos de sus parámetros para comprender y acompañar sentimientos y estados de ánimo y también elegir paletas de colores en función de los efectos que queremos obtener.
Está lo que conocemos desde el sentido común: la pureza del blanco en la ropa de bebé o en los vestidos de novia, la seriedad y formalidad del negro, color indiscutido de la ropa que usamos para los duelos, la calidez de rojos, naranjas, rosados y amarillos y la cercanía al frío que traen los verdes y azules.
Quienes estudian el impacto que tienen los colores en las emociones aseguran que una paleta que transmite optimismo incluye amarillos, blancos, verdes, naranja y magenta. Si observamos bien, se trata de colores típicos de las flores de primavera, una temporada marcada por el renacer del ciclo de la vida. ¿Cómo funcionan otros colores en la percepción? Verdes, azules y violetas transmiten calma; el negro está siendo cada vez más vinculado al respeto y a la alta calidad, sin perder los atributos que siempre supo tener, ligados a la tristeza. El blanco no solo es símbolo de pureza; también nos habla de limpieza, amplitud, calma y concentración. Los rosados hablan de dulzura, y los rojos de amor y pasión. Por supuesto, esto es parte de la comunicación no verbal, que también incluye la actitud, los gestos faciales y la postura corporal.
Estoy segura de que, ahora que lo saben, van a ir directo a sus placares a mirar la paleta para revisar qué les transmite… y a la tienda de Juanita a buscar los accesorios que les faltan para transmitir con colores el mensaje que mejor los representa. ¿O no?